sábado, 26 de septiembre de 2009

Román: SexteNTo sobre las vicisitudes (tm) de la vida

Información previa: el sexteNTo es una estrofa propia y definitoria del grupo NT. Escrita en endecasílabos su esquema de rimas es ABBACC, su característica principal es que, a pesar de tratar un tema en apariencia profundo y complejo, su final debe estar coronado por lo más jrande (tm) que ha parido la poesía: el ripio. Ésta es la condición que hace a un sexteNTo un verdadero sexteNTo. Dicho esto, ahí va eso.

En nuestra mísera existencia cabe
todo temor que imaginar pudieras
y la angustia, las dudas, las esperas...
tantas que ni siquiera un dios las sabe.
(E)stoy dudando en poner dos, uno o equis
porque no sé si juega Prosinecky.

Adiós,
Román.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Viaje con algo de épica por Sevilla




Viaje épico por Sevilla con babuchas marroquíes, no es grande fazaña mas la vergüenza ajena acompañaban a los viandantes que dirigían los sus oios a mis piedes. A algunas les molaba, también es cierto. Molan.

Angelus

jueves, 24 de septiembre de 2009

Román: the day that was the day

Hubo un día en mi vida que fue realmente el día.

Pero no voy a empezar por él ni dejarlo para el final... en medio estará de puta madre.

Yo nací un buen 23 de marzo (día de la independencia de Letonia, de la fundación del partido fascista por parte de Mussolini, del vigésimo cumpleaños de Fernando Hierro y de muchas cosas curiosas que acabo de mirar en la sacra Wikipedia) de 1988 a la hora de salir del colegio (14:40). Por vicisitudes (tm) varias, necedad social y crueldad ajena estuve sin amigos en el colegio hasta bien entrado 5º de primaria. Ahí conocí a un gran hombre (en aquel entonces aún un zagal, pero ya grande porque estaba un tanto orondo) que me abrió las puertas de ese maravilloide mundo de "la charla" y "el colegueo". Quizás algún día le dedique algo a este menda, pero de momento nos conformaremos con saber su nombre: Samuel.

Pues bien, estaba yo un buen día en su casa y su padre, gran conocedor de la música setentera (en la que yo me sumergía a paso de 56 kilobaudios, id est, lentísimo) se me acercó y me dio... EL ARTEFACTO: una cinta de cassette. Yo no he tenido tiempo tiempo de manejar cintas, la verdad, porque para cuando me interesé vivamente por la música el compasdí ya había aterrizado en casa. Mis vicisitudes (tm) cinteras se reducen a las que manejaba mi hermano conformando así la banda sonora de mi infancia (post en proceso de escritura) y a las del muy glorioso Spectrum (otro post en proceso de escritura). Pues ese hombre me dio una cinta con tres nombres en la portada en feas letras blancas sobre una ilustración bastante chula; y las letras decían: EMERSON, LAKE & PALMER.

Llegué a casa. Abrí la compuerta al mundo del cassette e inserté la cinta por la cara A. Rebobiné... ¡click! Pulsé "play".
Entonces, ese día se convirtió en EL DÍA.

Ojalá hubiera apuntado esa fecha en el calendario, porque realmente cambió mi vida. Como diría Juan Abarca (ilustre cantaor de Engendro y Mamá Ladilla) "acostumbrado a tum-pa tum-tum-pa" de repente me saltan esos sonidos acojonantes: órganos distorsionados, sintetizadores que sonaban a intestino grueso en pleno ejercicio, la prodigiosa batería electrónica de Palmer (cuyos ruiditos parecían los que hacía el módem interno del ordenador) y el gran elemento: una ÉPICA canción de media horita con guerras, voces de ordenador, jazz y sintetizador a mansalva.

Y como acostumbramos a decir: una cosa llevó a la otra. La escucha constante de este disco me llevó a pulsar botoncitos del ordenador, entrar en Wikipedia y ver quiénes eran estos tíos. Ahí vi las palabras: "Rock progresivo".
ROCK PROGRESIVO
Y de Emerson, Lake & Palmer salté a Yes, de ahí a King Crimson y de ahí... ...a una gran cantidad de grupos. Para no extenderme, pasaré a hacer el top-ten de grupos de progresivo en mi vida:
1- Emerson, Lake & Palmer.
2- Camel
3- Yes
4- Genesis petergabrielesco
5- Collegium Musicum
6- Pink Floyd
7- Rick Wakeman
8- Jethro Tull
9- Panta rhei
10- Focus
[Me ha costado ponerlos en orden y seguro que mañana se me antojaría ponerlo de otro modo... pero da igual, es meramente aproximativo]

Conclusiones: hay gente que disfruta enarrando su primer beso o que una vez se le puso dura viendo el programa de Juan y Medio (todo ello muy respetable y digno de ser leído: sin duda) pero yo he decidido narrar el primer disco de progresivo que escuché. No es sólo lo que vives lo que te forma como persona, sino lo que decides contar: eso dice mucho de ti.

Información innecesaria: he terminado de escribir esto en calzoncillos mientras escuchaba una canción del grupo checoslovaco Collegium Musicum cuyo estribillo es "papapapapapapapapapageno z novej vsi". La canción ha acabado y ahora salta la cosa a Mark Knopfler... (oh, modo aleatorio, haces verdadeiro honor a tu nombre).

Nota medianamente necesaria: hay otros días importantes en mi vida y quizá los cuente... algún día.

Como soy egocéntrico, pongo mi nombre al principio y al final,
Román (Tertius Romanus Sicculus).

domingo, 20 de septiembre de 2009

El tercer secreto de la vida. Dedicado a Paco Fox


Buen momento del día en el que os encontréis siendo. Para los amantes del secreto de la vida (ver enlace) escribo esta entrada. Reflexionando sobre un comentario de Paco Fox en una entrada anterior, he llegado a comprender que muy posiblemente el tercer secreto de la vida, sea la Épica (junto con el Trina y el Rock Progresivo), y ésta siempre acompañada por algo de vergüenza ajena, siempre acompañado, y todo lo explicaré en esta entrada.

En primer lugar quiero explicaros por qué siempre la épica va acompañada por vergüenza ajena, bueno, eso no porque eso es algo inexplicable, es un binomio inseparable indefectiblemente, pues bien, aunque nadie pueda explicarlo lo he comprobado jugando al billar. Teniendo en cuenta que la ´Épica es un secreto de la vida, y la vida gira en torno de tal principio, quería hacer una partida épica, buscaba la bola difícil, la picaba, quería encontrar la carambola más difícil, y todo eso teniendo siempre una bola más fácil para meter, la épica está aquí, la pregunta ahora es: ¿dónde está la vergüenza ajena?

Amigos, la vergüenza ajena está en los que nos veían jugar, ese estupor que sentirían al verme hacer lo que nadie espera hacer por parece una gilipollez (y sin embargo meterla, o no), esa vicisitud que se le reproduce a cantidades incontables, inmensurables, terriblemente abultadas en sus estómagos al verme picar la blanca para sacar la negra que está justo en el filo del agujero teniendo otra para meter.

He ahí la Épica. Y su vergüenza ajena. Y me pregunta mi amigo: “¿y en la Edad Media en la que no había Trina ni Progresivo?”. Y yo le digo: “no les hacía falta, su vida está inmersa en la Épica, no les hacía falta nada más, para empezar la cerveza o el vino, que es parte de la épica, era lo único que bebían, y esas bebidas se convertían así en alegrías de la vida. En cualquier momento venía alguien con una espada y te rebanaba, no había policía a la que lloriquear, sino que cogías un hacha y hacías justicia, o una piedra. Vivían en Épica.”

Por esa falta de Épica de hoy en día debemos rellenar huecos, y frente a la falta de Épica guerrera o sentimental usamos el Progresivo, nos llenamos de ÉPICAAAAA al escuchar progresivo, ciertamente no todos los grupos o canciones valen, pero sí la mayoría. Que se te muere alguien o te encuentras una inscripción en una piedra piensas en Epitaph, que te aburres y te crees un guerrero…negro por ejemplo, pues nada, piensas en The Legendes And Myths Of King Arthur And The Knights Of The Round Table. Que se te gasta la cerveza o el vino pero sigues teniendo sed, o considerando la blandería humana actual no nos apetece estas alegrías de la vida, ¿qué haces? Pues te bebes un Trina, de ahí que se haya convertido en un secreto de la vida (ahora ya hay que decir que de la vida actual pues ya vimos que anteriormente con la Épica bastaba, era el pilar del Universo).

Otro día hablaré de la diferencia entre progresivo y otras música épicas que no son secretos de la vida, pero eso ya otro día.

Angelus Robur Agrestis

Edito: llevo poco tiempo en el progresivo, no he escuchado mucho, pero la descubrición que voy acometiendo a pasos lentos, son con pasos fijos y firmes, en mi estudio concienciado de algunas canciones y tras la lectura de algunos artículos que descubrí buscando información sobre ÉPICAAAA tolkieniana que me llevó a un artículo sobre wakeman, al que conocía sólo de oídas, hizo que fuese tomando conciencia sobre el verdadero papel del progresivo en el universo. Amigos, perdonad que a veces se me note verde en el tema, pero para saber algo no hay que saberlo todo, y yo ya se que el progresivo es eso sin haberlo escuchado todo. Poco a poco voy ampliando mi oidor implícito e incluso mi horizonte de expectativas.

viernes, 18 de septiembre de 2009

dos creaciones, dos cosas para que comentéis

Bueno, amigos, voy a transcribiros dos poemas, uno del nitauciense Tertius (Román) y otro mío, Angelus (Ruy), que yo también lo soy, el suyo es bueno, se nota, el mío es viejo, y por tanto de poca calidad literaria pero con corazón.

Es la primera entrada poética, de vez en cuando meteremos alguna, decidnos cuán mierda os parezca, o si por lo contrario os parece una poesia digna de Manolo Escobar y el Fary en una tarde de borrachera y mandanga (nótese el chiste por favor, si no eres tan ... lo que sea para verlo, no os riáis, que reírse sin entender el chiste es lo peor que hay)

Allá van:

Quedo en nada sin ti y sin tus caricias
que tan lejos lleváronse los hados.
Así estoy, mientra' espero exasperado
para al verte volver gritar "¡albricias!",
como queda Chipiona sin el "chipio-",
como queda un sextento sin su ripio.

TERTIUS



Ella (María)

Sentimientos olvidados

traídos al alma,

recordados por una ilusión,

iluminados por el sol.

Cariño que renueva,

caricias que desnudan,

miradas amorosas

que alimentan la pasión.

Mujer de ensueño,

de liviana frontera

que separa pieles,

la mía y la suya.

Soledad en el camino,

recuerdos que llegan,

ilusión que no cesa

pues Amor gobierna.

Su piel y la mía,

pasión y excitación,

su sed calmaré,

mi amor bastará.

Visiones nocturnas

que mis ganas llevan,

visiones que traen

felicidad e ilusión.


ANGELUS


Román: vicisitudes habitacionales

Después de casi veinte años de dormir siempre acompañado, siempre con un compañero de cuarto cuyos ronquidos eran como una nana (ironía a raudales), llegó el momento de cambiar de piso en sevilla y acabar en la calle Igueldo (que más tarde descubriría que es un monte del País Vasco). Entonces yo, por primera vez en mi putísima vida, dormí solo.
Solo.
Me metí en mi cama y no escuchaba nada más (bueno, en mitad de la noche saltó un ruidazo metálico de máquina que no va muy bien que me hizo cagarme de miedo, pero eso es otra historia). La cosa es que para mí sigue siendo algo extraño echarme a dormir, mirar por mi cuarto y no ver otra cama ocupada.
Ahora acentuamos más esto, porque ahora también, en mi casita jerezana tengo la habitación para mí (pa mis cojones). ¿Para mí?
¿Para mí?
No, amigüitos.
Ahora, cada fin de semana... cada día de vacaciones que duerma en mi muellosa cama jerezana y mire a la pared de mi derecha, tendré ese cuadro que me ha mortificado siempre con su mirada y que tengo que soportar para que mi madre no haga pucheros. Sí amigos, ateo desde chiquetito y en mi habitación, donde orgullosamente las paredes están decoradas por un póster de Cowboy Bebop y Súper Coco, tengo a Cristo.



Y ya está, esa es la noticia.
Román (Tertius Romanus Sicculus vel Onma)

jueves, 17 de septiembre de 2009

La Televisión, culpable de todos mis males


Iba a escribir algo sobre la televisión, pero ya no recuerdo nada de lo que quería decir, y ahora vuelvo a recaer en la conciencia de mi falta de memoria.

Si bien recuerdo cosas sin sentido también es verdad que vivencias y conocimientos importantes en mí al cabo de horas, a veces minutos ya no los tengo, es algo posiblemente grave, y más grave aún es que leáis estas cosas, o el yo creer que las vais a leer.

Pero quiero echarle la culpa a la televisión de algo, y hoy toca de mi falta de memoria. Durante muchos años de mi vida he sido un adicto a la televisión (acabo de apagarla), desde hace 4 o 5 años no, pero quizá cuando dejé de verla de forma permanente era ya demasiado tarde.

Ella es la culpable de todos mis males, hoy comento mi falta de memoria, en próximos días aumentaré la relación, y es que llevo unos días que creo que la estoy viendo más de la cuenta, y de ahí surgió la idea de escribir sobre ella, la odio.

Sobre este tema y con mi escritura improvisada y no corregida podemos dar por iniciada una sección del blog, ahora que aún no lo lee nadie, se va a llamar: “La Televisión, culpable de todos mis males”.

Estoy casi seguro que el 100% de mis, espero, futuros lectores están en desacuerdo conmigo en relación a lo malvada y terrible que es la televisión, que no el televisor (pobrecillo, con todas las fotos y adornos que ha aguantado), que él no tiene culpa, sin embargo me reafirmo, la televisión me ha quitado muchas horas de lecturas constructivas, y digo constructivas por meter un epíteto, pues no hay (aunque a veces lo dude) lecturas destructivas o de nula influencia.

La lectura, como la música, es algo que influye de forma determinante en nuestro espíritu, y os lo digo yo que he ido a un concierto de Baute y he notado el cambio progresivo e inconsciente del estado de ánimo y ánima aunque parezca imposible. Os invito a que vayáis a un concierto suyo una vez en la vida, la música no será magnífica, es normalilla como es lógico, ni su voz es el culmen de la dicción y claridad melódica, pero se produce ese cambio. Después id a escuchar Progresivo, nunca falla para reafirmarnos en nuestra posición ante la vida, es la vitamina que está antes de la A y después del Zinc.

Amigos, la culpa de todo la tiene la televisión, sin ella los políticos no nos influirían tanto, aunque lo harían, no perderíamos tanto tiempo, sino que estudiaríamos, leeríamos, saldríamos con los amigos a emborracharnos, estaríamos más tiempo fornicando, y así estaríamos más sanos de mente y cuerpo.

Al final le he echado la culpa de más cosas a parte de mi falta de memoria, se la he echado de quitarme horas, bueno, ese tema lo tomaré en otro artículo, donde lo mezclaré con más problemas que produce. Pero centrándonos en mi falta de memoria, no puede ser que esté pensando en la palabra que voy a poner a continuación de ésta, y cuando la voy a poner ya no recuerdo cuál es, es tedioso, odioso, angustioso, etcoso. ahhhhh.

Nunca lo olvidéis...


La culpa es de la Televisión.

En serio, no soy Dios, pero creedme, la culpa de todo es (tomadlo como aposición) la televisión.


Angelus Robur Agrestis. De NT

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Demostración

Viendo que hay detractores en cuanto o en relación a que el Progresivo sea el secreto de la vida voy a poner un ejemplo para demostrar lo que digo (aquí el ejemplo). La cerveza es una alegría de la vida pero el Trina es secreto de la vida, hay que saber distinguir entre secreto y alegría (de la vida se entiende).

Angelus Robur Agrestis

El secreto de la vida



hola nulos lectores del hodierno y espero que alguno en el mañana, una historia quería contaros.

Una noche en una taberna estábamos sin contarme a mí, cuatro amigos y una amiga (para que no se nos cabreen nuestras ministras), bueno, qué cojones, estábamos 5 amig@s (pronunciado como si hicieras gárgaras con la lengua fuera) y yo, bebiendo algunas cervezas, no suficientes para emborracharnos.

La noche transcurría entre conversaciones y ante algún comentario, pregunta o intervención que no recuerdo suelto: "que sepáis que el secreto de la vida es el Trina y el Rock Progresivo, en serio, ellos son los secretos de la vida, y hay otro que tengo que averiguar, ahora no lo sé, pero sí sé que hay otro." Más adelante lo averigué. Mis amigos y amiga no se reían en forma burlesca, pero les hizo gracia, eso quiere decir que es verdad, amigos, no busquéis más el secreto de la vida, el por qué me lo reservo, pero el secreto de la vida se divide entre el Trina, el Rock Progresivo y otra cosa que no digo por no herir sensibilidades que no aceptarían que sea ese el último secreto de la vida.

Angelus Robur Agrestis