sábado, 3 de diciembre de 2011

Soneto a un hermoso pie.

Porque todos los días no se tiene la oportunidad de escribir un soneto a algo tan erótico como un tobillo femenino, dejo aquí mi última composición, que si bien no hace justicia al objeto, espero sea de agrado a su destinataria.

Acompañábate a cambiar, un día
soleado y amable del invierno,
tú a mí a por el billete sempiterno;
en un muelle paseo te seguía.

Pensaba atento en tu mercaduría
con interés y mirar nada avieso.
Vi el calzado, perdiste luego el seso,
emocionada ví que lo cogías.

A probar te pusiste si calzaba,
pero preciso fue lo del pie nudo
para ver cuántos números sumaba.

Y el disfraz desveló el pïé menudo
que avaro a mi alma sin porqué negaba.
De tal blancura, otro haber no pudo.

Angelus Robur Agrestis

3 comentarios:

Grupo NT dijo...

Incido en lo dicho; si me lo permites por aquí, me gustaría preguntar lo que no ha llegado a mi entendimiento:
el verso 3 "tú a mí por el billete sempiterno", directamente no sé qué significa...al ser el sujeto la segunda persona, no me encaja con los otros tres versos; básicamente es eso, porque mi otra duda era en el verson 7, "perdiste luego el seso" pero ya creo haberlo entendido...

Lo leo otra vez y lo ratifico: placet mihi.

Grupo NT dijo...

PD: Soy Spurius

Ángel Luis Robles dijo...

Spurius, el problema se soluciona cuando el tú del tercer verso lo pones como sujeto del verbo "acompañar" que ya aparece en el primero. Yo te acompañaba al cambio, tú me acompañabas a por el billete sempiterno, que no es más que el billete que una y otra vez (de ahí lo de sempiterno) tengo que comprar para regresar a Jaén, porque se va autoregenerando, y como el ave Fénix, aunque muera (realice yo el viaje) vuelve a nacer de sus cenizas (vuelvo a comprarlo en la misma taquilla de la estación de San Bernardo).

Seso es sentido.

Saludos graciosos.