viernes, 10 de febrero de 2012

Reflexiones en torno a HISTORIA Y GESTA DE LOS GODOS



Alguno se acordará de un artículo escrito en diciembre en el que trataba a cierto rey ostrogodo a través de las leyendas nórdicas, más especialmente de las islandesas.

Una de las fuentes fundamentales, para conocer la historia de los godos, no es un ensayo actual, ni un documental, es una “crónica” del siglo VI, escrita por Jordanes, a la que hice referencia en alguna ocasión en el susodicho artículo. Dicha “crónica” se intituló:  De origine actibusque Getarum.

Me he comprado una traducción (edición y traducción de José María Sánchez Martín), directamente del latín, de la “crónica”. Este artículo, el presente, quiero que sirva de reflexión ante la ventana que estoy cerca de abrir. La reflexión girará en torno a los godos y en torno a las expectativas que el libro suscita tras una primera visión del libro.

En primer lugar, el libro me transmite confianza por ser de la editorial Cátedra (colección: Letras Universales). Esto no es argumento suficiente (ni válido) para considerar un libro bueno, pero por mi experiencia con éstas, creo que me encontraré una buena edición. El segundo dato que me transmite confianza es el de que sea traducción directa del latín (o eso parece). Por otro lado, he estado ojeando la introducción (algo que suelo hacer por gusto con las ediciones de obras antiguas y no tan antiguas) y he visto que en ella se habla del stemma codicum de los manuscritos, lo cual significa que la edición es seria, no de Fontana. También suelo leer el índice, pero no me he fijado mucho esta vez, pero al hojear por la acera el libro, me he percatado de que había apéndices: reyes, un árbol genealógico, una cronología, mapas y un índice onomástico. Lo que hace a la obra una buena edición, ya antes de haber leído nada (casi).

Como dato negativo, y para que no quede oscurecido lo pongo en párrafo aparte, está el que no aparece cuál es la ilustración de cubierta. Aparece, como es normal, el que ha diseñado la cubierta pero no cita qué cuadro y de quién es ha utilizado.

En la contracubierta aparece un par de textos, el primero habla sobre Jordanes, el segundo sobre los godos. Dos cosas a destacar que, aun ya sabiéndolas, al leerlas aquí me han hecho reflexionar.

En primer lugar. La obra fue compuesta circa 550-551 después de Cristo. Es decir, estamos hablando que la obra fue compuesta en un momento en el que hacía poco los godos estaban aún buscando un sitio en el que quedarse. Quizás el recuerdo estaba vivo del paso de los godos por el norte de los Balcanes, zona por la que pudo vivir y moverse Jordanes (ya lo veré en su biografía que aparece en la introducción). Por tanto, el libro es casi periodismo, es historia viva en ese momento. No es como si ahora hablamos de los Pelasgos, pueblo que hoy no existe, sino que era historia de un pueblo en plena vitalidad, recién asentado en un territorio en el que aún sus herederos están.

En segundo lugar, el propio acto enunciativo del texto de Jordanes: “ constituye el primer intento conocido de crear una historia […] elaborada de modo consciente[…].”(Lo entre corchetes lo he quitado para no desviar la atención a otro tema que daría para una reflexión larga). Estamos pues ante el primer ejemplo de historia, como digo, casi de periodismo en algunas partes del texto, que como tal se puede considerar. Esto me parece interesante por dos cuestiones: el primero, referente a la propia historiografía, y el segundo, por su relación con las leyendas del norte de Europa. ¿Pudo influir este texto en la creación de la leyenda de los nibelungos? Esa pregunta me parece casi fundamental. Me gustaría poder tener entre mis manos otra crónica, la de Quedlinburg, que parece ser que trata sobre los godos, y comparar. ¿Eran tradiciones distintas unas y otras, aunque traten los mismos hechos históricos?

Mis intereses en este campo se centran en la relación historia-leyendas de los pueblos del norte de Europa. ¿Sacaremos conclusiones algún día más allá de la confirmación de que detrás de la leyenda hay realidad (algo que por otro lado, no he inventado yo, aunque parezca que así lo quiero transmitir ¡Dios me libre de la soberbia insana, a mí sólo me gusta la sana!)? Las saque o no, me conformo con disfrutar con la historia o cuasi historia de estos pueblos.

Angelus Robur Agrestis

7 comentarios:

Martin Bormann dijo...

Los Nibelungenlied son del siglo XIII ¿no? Yo he tenido que recurrir a Wikipedia, porque de estos temas ando un poco ignorante (por eso me dejo empapar por el conocimiento de otros). He leído que el héroe principal se llama Sigfrido, que resulta que es invulnerable,porque lo bañaron en la sangre de un dragón, pero que una pequeña porción de su espalda no se bañó y ese es su punto vulnerable. Eso me suena al mito de Aquiles.

Martin Borman alias El Matadragones dijo...

Lo que quiero decir es que si el Nibelungenlied está basada en las leyendas germánicas, probablemente Jordanes habrá tenido influencia. ¿Cómo piensas abordar ese tema que te has propuesto?

Ángel Luis Robles dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ángel Luis Robles dijo...

Bueno, no quiero abordarlo de forma profesional porque no puedo, tengo temas filológicos que me llaman a gritos.

Lo que voy a hacer es ir leyendo sobre el tema e ir viendo como se relacionan, si es que puedo hacerlo bien. Si no, al menos, iré reflexionando sobre el tema.

En cuanto a Sigfrido, lo que has dicho tiene pinta de ser de la Nibelungenlied, que es la alemana, pero me interesa más la versión islandesa, porque huele a más antigua, porque parece acercarse más a lo que ocurrió en realidad (está menos literaturizado) y porque los vikingos unieron esa leyenda con un mito de dioses y "tesoros de Nutria".

En cuanto a la influencia puede ser y puede que no. ¿cómo llegó está crónica a los islandeses: a través de monasterios? ¿A través de versiones intermedias? ¿O los godos tuvieron tanta importancia que crearon leyendas y atenciones eruditas por doquier?

Son muchos interrogantes.

Grupo NT dijo...

Creo que ya tengo una pista: IORDANIS DE ORIGINE ACTIBUSQUE GETARUM, Giunta, F. y Grillone, A.

Deben tener en la introducción un pequeño ensayo sobre las copias norteuropeas de esta obra.

Anselmo F. Alonso dijo...

De leyendas nórdicas no soy un experto, de todos modos en estos casos siempre queda muy bien decir que es posible que haya un "estrato común" y así no se pilla uno los dedos. Aunque no veo muy claro de qué forma llega a influir un autor romano que escribe sobre godos, en leyendas nórdicas puestas por escrito mucho después. Como dices, puede que recoja hechos comunes: esperamos tus impresiones.

Por cierto que esta obra la conocía por el título que le daban ediciones más antiguas: "Historia de los godos", a palo seco. Me parece bien que recuperen el título latino.

PD: hay que ver lo que fastidia cuando quieres saber de dónde sale la ilustración de portada y no lo pone...

Ángel Luis Robles dijo...

Bueno, por ahora ya he leído lo que más me interesaba, que era lo relacionado con el rey ostrogodo Hermanarico. Y te aseguro que es interesante lo que he leído. En unos días publicaré el artículo. El traductor dice que se habla (no da fuentes) de una leyenda gótica perdida. Veré qué pasa, por ahora me voy a centrar en comparar la obra de Jordanes con las Eddas (y quizás con los nibelungos, a ver qué tiempo tengo). Por cierto, Jordanes es de origen germánico, posiblemente godo... y tenía intenciones de dejar bien a los godos, y su fuente principal le ocurre algo igual.

Son muchas variantes interesantes, pero me parece a mí que sí puede haber cierta relación entre esta obra y las sagas islandesas, veremos si porque cada una reciben desde desde un mismo caldo mito-histórico, o si Jordanes está en la base de lo que los vikingos contaban en Islandia, y los centroeuropeos, y ya veremos si éstos no tenían la historia por otro lado, de ahí las grandes diferencias, por ejemplo la visión de los ostrogodos... mañana veré.