jueves, 29 de marzo de 2012

Nibelungos en Castilla. Un ensayico sobre el romance de don Bueso, o Boyso.


Antes de nada, le dedico este artículo al maestro que no conocí en persona, obvio, pero que como tal lo considero, pues a veces se conoce mejor a las personas por su espíritu hecho letra.

Después de tanto tiempo sin poner algo sobre mis averiguaciones y reflexiones en torno al mundo germánico y la relación entre su Historía y lo escrito, me he decidido, quitándole tiempo al sueño y a cierto trabajo que, aunque placentero, me tiene algo harto, ha escribir un articulejo (que serán dos) sobre un romance popular de la tradición moderna, el de don Boiso, o Bueso. Sobre él abajo diré, ahora sólo anticipo que al final del todo, en la segunda entrada, habrá ¡¡nibelungos en Castilla!!

                                                    Ea, un burgundio.
                                               

Hay unos romances que circulan por toda la Península, en su tradición popular moderna, que en el mundo académico son llamados “Romance de don Bueso”, o “Boyso”, el propio García Lorca rescata una variante de dicho romance: http://www.poesi.as/index247.htm.

Podemos oír uno aquí:

Uno de los ejemplares  de los recogidos que debe ser de los más antiguo en cuanto a su forma (todos son de la tradición moderna), es uno sefardí, que aparece en Díaz-Mas, Romancero, 1994, págs. 272-275, recogido en Salónica. Hay más de don Bueso entre los sefardíes, aunque yo me centro en este que cito, que lo recojo de Piñero, Romancero, 1999, pág. 436.

De las altas mares  traen a la niña,
Cubierta la traen   d’oro y perlería;
En su cabeza lleva   una piedra zafira
Qu’arrelumbra de noche   más que al mediodía.
¿Ónde la llevarían   anesta cativa?
Ande la reina mora, qu’ahí lo merecía.
--¿Yo qué la quiería   anesta cativa?
El rey es mancebo    se la namoraría.—
La niña celosa   a llorar se metía.
--Metelda, siñora,   a lavar al varo,
Que piedra colores   y cobre desmayos.—
Cuanto más la meten   a lavar al varo
Más arrelumbraba   el su cuerpo galano.
--Quitalde, siñora,   el beber del vino,
Que piedra colores,   que cobre suspiros.—
Cuanto más le quita   el beber del vino
Más arrelumbraba   el su puerpo lucido.
Inda no’s de día   ni amanecía
Cuando la blanca niña   lavaba y espandía.
Su hermano, el don Bueso,   por ahí pasaría.
--Oh, qué manos blancas   en el agua fría.
Enteras parecen   de una hermana mía.
¿Vos place, siñora,   venir en mi compañía?—
--Los paños del rey,   ¿ónde los dejaría?—
--Los que son de oro   con ti los traerías,
Los que son de seda   al río dejarías.—
--Oh, qué pachás blancas   enriba el caballo.
Enteras parecen   de un querido hermano.
Dicimi, mancebo,   ¿ánde me llevarías?
Estábamos cerca   los campos d’Oliva?—
--Dicimi, la niña,    la niña lucida,
¿d’ónde conocías   los campos d’Oliva?—
--Ahí fue criada   y ahí fue nacida;
So hija de reyes,   de bueno venida,
Me cautivaron moros   por la mañanica.—
--Abrisme, mi madre,   puertas del castillo,
Que en lugar de nuera   hija vos hay traído.—
--Si es la mi nuera,   entre en mi cillero;
Si era mi hija,   venga en los mis brazos.—
--Abrisme, mi madre,    puertas del palacio:
En lugar d’ermuera   hija yo vos traigo.—
--Si me traés hija,   venga en los mis pechos;
Si es mi nuera,    entre en mi cillero.—
Eso que oyó la madre   sus puertas abriría,
La besó y la abrazó,   arriba la subiría.

                                         Sefardíes. (http://asonante.blogspot.com.es/2011_03_01_archive.html)

El hecho de que sea sefardita ya indica que debía cantarse en 1492. Sin embargo, no hay ninguna copia antigua de dicho romance. Hasta las encuestas modernas no se recogió y se hizo patente su existencia actual por parte de los académicos. Sin embargo, y a parte de que lo cantaran los sefardíes, lo que ya da una fecha mínima (1492), se sabe que era conocida en 1560, año de una edición de un pliego suelto, conservado en Praga, en el que se cita un inicio de romance:

     A caça va el rey don Bueso
     Por los montes a correr[1]

Según Menéndez Pidal “es la única cita textual que tenemos de un romance viejo de don Bueso”, romance que hoy no se conoce. Este inicio es similar a otros romances, con el mismo protagonista; romances llamados, por ser su tema, de la Muerte Ocultada. Pero quizás pudiera ser una variante de la recogida últimamente, en que estén ambas tradiciones mezcladas, pero quizás nunca lo sabremos.

Otras referencias anteriores las hay, en poemas de 1460 y 1420. Sin embargo, son citas indirectas del personaje, no del romance, y no parecen ser, por su referencia, el don Bueso del romance que ahora nos toca, por tanto rechazamos estos “buesos” como perteneciente a la misma tradición. Si con Rolando se pasó desde un principal guerrero de Carlomagno que muere en Roncesvalles, a un caballero loco de amor, quizás estos “Bueso” de los que hablaba, tratados de forma burlesca, habían sufrido un cambio similar (como personaje, no como romance), de hecho, a finales del siglo XVI se escribió un romance en el que se parodiaba en un tono “moderno”:

    Doliente estaba don Bueso   de amores que non de fiebres;
    Doloridas penas passa    por mirar ojos crueles…(Pidal, 1951, 107).

El maestro Menéndez Pidal nos trae a colación (Ibídem) una serie de extractos de romances, en el que aparece el personaje, ya hecho tópico, sin duda, pero que creemos tuvo que nacer de esos romances iniciales en los que se le trataba sin ridiculizar, sin caracterizar de algún modo que no fuera el de un noble caballero que en un viaje o paseo se encontraba con su hermana. Quizás, en los romances en los que más marcado estaba el personaje sea en los romances más modernos, en los que Bueso es más cortés y menos “medieval”. Hasta aquí, lo que he intentado mostrar es que hay una tradición, con un modelo que ha debido sufrir modificaciones con el tiempo.

La historia de don Bueso en los romances conservados, incluso en los sefardíes, que como digo son los más antiguos que tenemos, aunque recogido en tradición moderna, por tanto es posible que algún cambio haya sufrido, consiste en el noble caballero que se encuentra a la hermana en la morería y la trae de vuelta a casa. Sin embargo, la historia-fuente (Gudrun) de la que procede no es así, sino que dos caballeros van a rescatar a su hermana y prometida respectivamente, que está cautiva en la corte de un enemigo, por tanto el personaje femenino no es rescatado por un hermano sólo, ni estaba en tierra de moros. De ahí que M. Pidal diga: “Sabemos, pues, de cierto que en el siglo XVI y comienzos del XVII eran muy cantados ciertos romances viejos, muy viejos ya en la segunda mitad del siglo XV, en los cuales don Bueso iba a caza, y en los cuales pasaba alguna aventura de amor propia de edad arcaica” (Pidal, Ibídem, 109). La negrita es nuestra. Con remarcar esa frase, queremos hacer notar que hablamos de que la historia era “vieja”, por tanto la historia es muy anterior al siglo XV, y esa historia debió cambiar con el paso del tiempo y el espacio desde su origen a su recogida (aunque por los datos que ya hemos dado, y por la historia que cuenta el romance sefardí, podemos decir que ya en el siglo XV se había consumado el cambio). En cuanto a lo de “aventura de amor” hay algún ejemplar en que parece que la dama ha sido violada, por tanto, queda el rastro de una acción sexual, más cercano a esos romances, muy viejos ya en el siglo XV, que engarzarían posiblemente con la historia original de Gudrun, o quizás, de alguna otra, que más abajó hipotetizaré.

Hay que remarcar una característica de dicho romance sefardí: la poliasonancia. Esto lo que nos indica es que el romance está a medio camino entre una versión anterior por partes, en que cada parte tiene una asonancia, y un segundo momento en que sólo hay una asonancia. Aquí, lo que tenemos es la alternancia de varias asonancias de forma aleatoria. Lo que nos sirve para pensar que el romance en 1492 ya era añejo, aunque no se pueda decir cuánto, lo que redunda en nuestra creencia de que el personaje ha podido sufrir cambios a la par que la forma misma del romance (es sabido que con el tiempo el romance se va reduciendo), no tiene, por tanto, que parecerse en lo más externo a su modelo original.

Hay otras tradiciones de romances con dicho protagonista, pero no nos interesan entrar en ellas, sólo considerar que pueden ser tratamientos diferentes de un mismo personaje, lo que nos ayuda a pensar esto es el hecho que el mismo maestro Pidal nos dice: Bueso es un nombre escasísimo. Así, podemos recapitular y reflexionar acerca de los cambios que el tiempo ha podido propiciar:
-       
               Un personaje, Bueso, que es tratado en varias tradiciones (al menos tres: Princesa cautiva, Muerte Ocultada y el de la Mala Suegra), pero que pueden ser tratamientos paralelos de un personaje cantado previamente. Nosotros nos centramos en el de la Princesa Cautiva.
  
         Parece ser, según Menéndez Pidal, que dicho personaje en esta tradición, tenía un lio amoroso. Quizás entremos en eso en la próxima entrada sobre el tema. Lo que sí puedo decir es que hay alguna versión en que parece indicar algún tipo de violación, aunque no parece que sea por parte de Bueso, lo que no importa, pues el tiempo ha podido modificar el poema. 

-          Según veremos más abajo, el personaje masculino, si la historia proviene del poema Gudrun, es una síntesis de dos personajes del poema germánico, algo que también parece influido por el tiempo y por el influjo de otros tipos de composición que más abajo se reseñarán.
-          
        En lo formal: los ejemplos sefarditas, tanto el audio como el transcrito aquí, son poliasonantes, por tanto son un estado que nos produce sensación de antigüedad, ya que están entre un estado antiguo con varias partes y asonancias, y otro estado con una sola asonancia.

En cuanto al personaje:

 Sólo podría ser interesante pensar que en el siglo XIII aparece en la poesía juglaresca un Bueso, francés, a quien mata Bernardo del Carpio, sin embardo en el siglo XVI, Ambrosio de Morales cree imposible aquella batalla con ese enfrentamiento.
                                                     Nuestro amigo, Ambrosio de Morales.

 Que esté relacionado este Bueso francés con la épica es algo que debemos tener en cuenta. Reflexionemos:

-tenemos a un Boiso, del siglo XIII (recordemos que en poesía juglaresca, por tanto, no en romance),  relacionado con la épica y de origen francés. Pidal nos dice que el nombre es “importado de Francia”, y usado muy poco por personajes históricos, que parecen relacionados con Palencia: un merino mayor de Saldaña y gobernador de Carrión (de los Condes), otro en Aguilar de Campóo, y otros de tierra de Palencia, ya sea con Bueso (Boiso) en apellido o en nombre, la mayoría de los dichos son del siglo XII, otros del XIII. En un romance de don Boiso se habla de tierra de Campos, puede ser restos de una canción anterior en el que se cantara alguna hazaña de un guerrero de la tierra. Comienza:

   Camina Don Boyso—mañanita fría
a tierra de Campos—a buscar la niña.
Hallóla lavando—en la fuente fría.
—¿Que haces ahí, mora,—hija de judía?

Como se dice en esa web, lo normal es creer que el nombre Boiso o Bueso pudo ponerse de moda, por otros cantares anteriores (juglarescos), y que la gente se llamara así, pero para poner a un héroe de un romance en una tierra tan concreta, parece ser provocado por alguien de esa tierra o que en esa tierra hiciera algún tipo de gesta. O el héroe francés se confundiera con un personaje de la tierra y se cantaran ambos a la vez, de una forma sincrética en los cantares juglarescos, o que los distintos personajes (palentino y francés) se unieran en esta forma sincrética en la aparición del romance, cuando ya la frontera no estaba en Palencia, sino en Granada, aún así, se mantendría ese detalle de Palencia, proveniente, como he dicho, de un cantar anterior;

-por otro lado, tenemos una historia que recoge el tema de la princesa cautiva y rescatada (en este caso por su hermano, modernización que creo posterior, influido por el tema de la filadelfia: Karlamagnus-saga, Infantina de França, Pastorinha y Silvaninha, son los temas que Carolina Michaëlis de Vasconcellos aduce, yo lo tomo de Pidal, 1951), que parece ser una historia en romance proveniente de una traducción (ya sea por tradición directa o por traducción de otra lengua a la que ya había sido traducida). Me aventuro a pensar que la versión sefardita, o si es mejor, la versión antigua no conservada es “descendiente” de una versión traducida de un original extranjero, traducida al español bien del catalán (donde también se conserva), bien de otra lengua, y quizás en esa traducción o en otra de una lengua intermedia la historia se pudo cambiar.

Si tenemos dos tradiciones medievales: una del siglo XIII, juglaresca, en la que Bernardo del Carpio mata a don Boiso, francés, y luego tenemos una historia en que un caballero salva a una dama noble cautiva (historia de Gúdrun en este caso), y por último tenemos romances castellano en que detalles de ambos se mezclan: protagonista de uno, historia de otro, nos hace pensar que hubo una síntesis de ambas historias. Posiblmente porque el personaje de Boiso se convirtió en muy famoso, como la prodigalidad que Pidal nos muestra en sus ejemplos nos hace ver, lo que le hacía en un personaje muy interesante para realizar la “hazaña”. Y también en otras tradiciones y parodias como hemos visto. En este sincretismo en el que el Boiso juglaresco se erige en protagonista masculino único, se pudo sincretizar a su vez los dos protagonistas de la leyenda originaria (de la que no hay versión directa en España, más allá de este romance), el hermano y el amante. Como rastro del amante tenemos el que don Bueso va al campo en busca de "amiga", o de "nuera" para su madre.

La historia, de esa forma, se modifica adaptándose a la realidad hispánica (frontera, como la que en el siglo XIII podía haber en Tierra de Campos) y al personaje don Boiso, que ya tenía su propia historia (galante, y quizás guerrero en la frontera, pues sigo pensando que el que aparezca Palencia en uno de los romances puede ser resto de una canción anterior, no en romance, claro, en el que se contara la historia de un personaje, quizás también con este nombre, en la frontera, una historia de hazañas o de amoríos).

Otros ejemplos:


En la siguiente entrada sobre el tema, hablaré sobre la relación concreta entre la leyenda de los Nibelungos y este romance castellano, algo que era la intención al ponerme a escribir este articulejo, pero que al final, por lo complejo del tema, me he visto obligado a hacer primero estas hipótesis para luego, una vez aclarado yo mismo acerca de qué es este romance (al menos, mediante hipótesis), poder embarcarme en el próximo articulejo, muy interesante y que puede arrojar luz sobre mi “investigación” sobre el tema de “los germanos y lo escrito” que estoy realizando, cuya próxima entrada estará relacionada con Jordanes.

Por útlimo, tengo que pedir perdón por la, quizás, difícil lectura de este articulejo, porque lo he escrito del tirón, apenas sin revisar, y son las 3 de la mañana. No tengo ganas de revisar, otro día, pero por si “otro día” significa nunca o un mes, lo cuelgo ya.

Bibliografía:

Pedro Piñero, Romancero, 1999.
Ramón Menéndez Pidal, De primitiva lírica española y antigua épica, 1951.
A parte de estos libros, he usado las páginas web que he enlazado. Las otras citas que hago, están en Menéndez Pidal.


[1] Véase F. Wolf, Über eine Sammlung spanischer Romanzen auf der Universitäts Bibliothek zu Prag, Wien, 1850, p. 18 (Apud Pidal, 1951, 106)

SEGUNDA PARTE http://grupont.blogspot.com.es/2012/04/sobre-don-bueso-segunda-parte-la-cruz.html

Angelus Robur Agrestis

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues me va usted a perdonar, pero el articulejo tiene poco de ensayo.

Ángel Luis Robles dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ángel Luis Robles dijo...

Gracias por su comentario. Pero le diré que primero: no está terminado, falta, al menos, una entrada más en la reflexionaré sobre la relación entre este romance y la relación entre germanos y España en la EM. Y en segundo lugar aquí ya hago proposiciones que no proceden de nadie, si no de mí, por tanto si eso no tiene algo de ensayo ya me dirás. De todas formas, eso que de ensayo tiene es lo que introduzco en su "poco de ensayo", porque es poco, pero es algo.

Y le agradecería que se identifique la próxima vez, que la opción de "Anónimo" es para quien no tenga cuenta.

Ensayo, según el DRAE, en su segunda acepción es:

2. m. Escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito.

He desarrollado ideas mías (un sólo personaje primero tratado en tres tradiciones distintas, personaje que puede ser síntesis de caballero palentino y francés. Síntesis de este personaje con los protagonistas de Gúdrun, dando como resultado este romance) algo que creo que no ha dicho nadie, y la erudición no la he tratado, pues sólo he referenciado la fuente de los romances y un artículo de Menéndez Pidal, porque tendré que decir, al menos de donde saco lo que no es mío, es decir, los datos.

Ahora, si es tan amable, y quiere, me gustaría saber por qué no es ensayo según usted.

Anónimo dijo...

Pues me va usted a perdonar de nuevo, pero es que no he encontrado en el articulejo una sola idea suya. A ver si en la segunda parte se esmera en aportar algo nuevo. ¿Un sólo personaje en tres tradiciones distintas? No es una idea suya.

Ángel Luis Robles dijo...

Por segunda vez le agradezco su comentario y por segunda vez le pido que se identifique, es decir, que firme con un nombre o pseudónimo.

Bien, sobre este romance he leído la bibliografía reseñada (las notas que aparecen en Piñero, y la el artículo de Pidal), y Pidal acaba su artículo con las siguientes conclusiones:
- los romances de don Bueso, tan famosos y tan viejos en el siglo XV, no sabemos cuáles pudieran ser.

- la abundante recolección romancística del siglo XVI, tanto la hecha con destino a la imprenta como la manuscrita en cartapacios de poesía, no recogió ningún romance de don Bueso; Ambrosio de Morales conocía varios.

- En la tradición moderna hay dos romances principales de don Bueso: el rescate de la hermana cautiva y la Muerte ocultada. Los dos tienen una forma primitiva hexasilábica en pareados, y una forma derivada refundida en octosílabos.

- No es inverosímil que los dos octosílabos en la Ensalada de Praga perteneciesen al primer pareado de una versión octosilábica de la Muerte Ocultada anterior a la versión monorrima que hoy nos conserva la tradición.

Perdón por poner todo esto, pero con ello quiero mostrar que Pidal no dijo nada de lo que he querido suponer aquí.

¿Que se haya hablado de que un mismo personaje aparezca en varias tradiciones a causa de que se hizo famoso? Puede ser, y si es así, le pido bibliografía para de ese modo, crecer en conocimientos.

Por otro lado, lo más importante de mi artículo no es eso (fíjese en el título), sino la parte que toca tocante a la tradición germánica propiamente dicha, la de Gúdrun, pero creí necesario reflexionar sobre esta versión previamente para tratar el protagonista y así justificar los cambios del poema.

Con todos mis respetos me despido, y le pido, como previamente hice, que se identifique.

Ángel Luis Robles dijo...

Tengo que decir que Pidal, en SUPERVIVENCIA DEL POEMA DE KUDRUN,RFE tomo XX, 1933, dice que el protagonista de don Bueso puede ser síntesis (usa otra palabra) del hermano y del prometido de Gudrun. Por tanto, no es cosa mía, lo dejo dicho porque lo he leído a posteriori de mis comentarios anteriores.

También me ha llamado la atención algunas cosas como que hay estudiosos que pensaron que los poemas tipo "don Bueso" eran anteriores a KUDRUN, pero Pidel lo rebate y cree que es posterior, y además heredero. Yo me inclino a pensar que es una composición tomada de alguna tradición oral previa (algo que no rechaza Pidal), pero que la de Bueso no tiene por qué venir de KUDRUN, sino que es de un arquetipo paneuropeo al menos. Ya iremos viéndolo.

Héctor Bueso dijo...

Que curioso, mi apellido es Bueso.